EL ADA DE LA BELLEZA: Recordando el Bailando con Ada

Diario Popular( Parte 1)

-En torno a Doña Flor y sus Dos Maridos, ¿cómo fue la preparación del personaje de Doña Flor?
-Muy buena. Ensayé sin parar para encontrar el perfil de mi personaje, a pesar de que todas las mujeres, en el fondo, tenemos un poco de Doña Flor.
-Primero se pensó sólo en tu incorporación. Ibas a entrar en reemplazo de Emme, pero fue resistida por el elenco anterior. Hoy la obra tiene nuevo elenco. ¿Cómo llevaste la situación?
-Muy bien. Con relación a mi incorporación en esta propuesta, el problema no fue mío, sino de los demás. Yo sólo procuré prepararme lo mejor posible para la obra y creo que lo he logrado, por eso me siento muy feliz.
-¿Considera que halló el lugar que tanto esperaba?
-Creo que este espectáculo me permitió encontrar un espacio diferente en el que puedo mostrar que además de tener un buen físico, una figura trabajada, soy capaz de interpretar un papel jugado. Pienso que la gente que se acerca al teatro para ver esta propuesta se encuentra con una Adabel completa, diferente, y eso me llena de felicidad.
-¿Qué implica para usted desnudarse en escena?
-En verdad, nada especial. Tal vez el hecho de ser bailarina hace que no experimente demasiados mambos con ese tema. Para mí la desnudez es algo natural que, en esta ocasión, forma parte de lo que debo hacer sobre un escenario.
-Convengamos que no es lo mismo desnudarse para una sesión fotográfica, en donde en cierto modo existe un clima de intimidad, que ante un auditorio.
-Es cierto, pero pensá que a una revista también la ven miles de personas. Además, yo también incursioné en el teatro de revistas en donde me mostraba como vedette. En verdad, para mí no representa un problema mostrar mi cuerpo. De ser así, tampoco me hubiera animado a exhibirme ligera de ropas en ciclos como Bailando o Patinando, a los que veían millones de personas de distintas edades.

“No reniego de la revista”

-¿Pero acá debe compartir escenas jugadas con hombres?
-En todo caso, la que comparte esas escenas es Doña Flor, no Adabel Guerrero.
-Zafó Adabel.
(Risas) -No, en serio. Yo lo siento de ese modo.
-¿Qué diferencia encuentra entre el mundo de la revista y el de la comedia musical?
-Son dos universos distintos. Acá me topé con gente muy trabajadora y con buena onda, que tiran todos para el mismo lado, porque entienden que lo importante es el producto y no el lucimiento individual. El ambiente es diferente. El género del musical está integrado por verdaderos artistas, esto no quiere decir que en el género de la revista no los haya, pero son los menos. Acá no se andan peleando por el cartel, por el camarín y por todas esas tonterías, porque lo trascendente es hacer bien el trabajo.
-Poco importan las egolatrías.
-Tal cual. Este concepto me hace muy bien. De todos modos, no reniego de mi paso por el teatro de revistas, puesto que durante muchos años fue lo que me sostuvo económicamente.
Más que un cuerpo escultural
-Teniendo un cuerpo como el suyo, ¿le costó demostrar que además de un físico exuberante podía exhibir otras cosas?
-Sí, sobre todo cuando me platiné.
-¿Por qué?
-Porque si sos rubia platinada, con lomazo y una actitud de vedette, te encasillan. En lo personal no me costó tanto salir porque demostré que tengo una base profesional muy sólida.
-En ese sentido, ¿es ésta es la gran oportunidad para demostrar que usted es algo más que un buen físico?
-En verdad, no tengo intenciones de demostrarle nada a nadie, porque estoy muy segura de lo que sé hacer. Si no hiciera este trabajo por amor, ya me hubiese dedicado a otra cosa, porque esta carrera no es para nada sencilla. Lo que sí creo es que ésta es una buena ocasión para crecer y abrirme un nuevo camino en otras áreas del espectáculo.
El teatro, su cable a tierra
-¿Qué momento de su carrera siente que está atravesando?
-En el comienzo. Si bien hace varios años que estoy en el medio recién ahora siento que se me está dando la oportunidad de mostrar todo lo que soy capaz de hacer.
-¿Cómo diría que fue el camino que la trajo hasta aquí?
-Muy difícil. Si bien padecí muchas injusticias, soy de la idea de que todo, tanto lo bueno como lo malo, es por algo.
-En lo profesional, ¿hoy cómo se definiría?
-Como una artista integral, porque canto, bailo y actúo.
-¿Piensa que hizo lo suficiente para mejorar como artista?
-No. En esta actividad uno nunca termina de aprender y eso es lo bueno.
-¿Qué le falta?
-Perfeccionar mi técnica vocal y teatral.
-¿Goza con lo que hace?
-Sí. Actuar es lo mejor que me pude pasar. El escenario es mi cable al cielo.
-¿Cómo se adapta a las fluctuaciones de su actividad?
-Desde el vamos supe que esta profesión era muy inestable pero, gracias a Dios, hace mucho tiempo que vengo trabajando con continuidad. Espero que esto siga, pero si se produce un corte, aprovecharé para capacitarme.
-Su actividad, ¿es de alto riesgo?
-Sin duda. Si uno no es fuerte psicológica y físicamente, la cosa se complica. Para mantenerse en este medio es esencial contar con el apoyo de los que te quieren, porque esta profesión está llena de malos momentos.
-¿Qué se precisa para estar frente a una cámara y sobre un escenario?
-Carisma. A pesar de la técnica, hay que nacer con cierto don para destacarse. Hay gente muy talentosa que no llega porque no tienen ese ángel.
-¿Cuánto de azar, talento y sacrificio tiene lo que hace?
-No se puede hablar de sacrificio cuando uno hace lo que ama, igualmente estoy convencida que toda rosa viene con sus espinas. Si querés estar arriba del escenario o trabajar en la tele, hay que trabajar duro.
-¿Qué la estresa más: el teatro o la televisión?
-Para mí no es estresante trabajar de esto. Cuando subo a un escenario o estoy frente a una cámara lo que siento es adrenalina, no estrés.
-Muchos dicen que su medio es hostil, ¿es así?
-Sí. Es muy cruel porque hay gente que actúa de manera sucia con tal de alcanzar un mejor lugar.
-¿Cómo siente que manejó su carrera?
-Como pude, con la inteligencia que adquirí a través del ensayo y el error.
El personaje de tonta
-Las críticas, ¿la hieren o la fortalecen?
-Ni una cosa, ni la otra. Las tomo como de quienes vienen. A mí me criticaron mucho porque hablaba como una tonta, entre comillas, pero pocos advirtieron que yo hago un personaje mediático, no soy una persona mediática.
-Es decir que existe una distancia entre lo que se ve de usted y lo que realmente es.
-Si bien no me muestro totalmente como soy, eso no implica que lo que se vea de mí no sea parte de lo que soy.
-¿Toma su carrera como un juego o siente que se le va la vida en lo que hace?
-Siento que se me va la vida. Siempre pensé que iba a ejercer esta profesión hasta cierta edad y luego iba a formar mi familia, pero desde que lo conocí a Martín, mi pareja, siento que trabajar en esto y estar en pareja es perfectamente compatible. Aún no tengo hijos, pero cuando sea madre pararé. Hasta el momento mi carrera es mi vida.
-¿Qué le aportó el trabajo a su vida?
-Me enseñó a comprender que quien no lucha por sus sueños está muerto en vida.
-¿Nunca pensó abandonar su carrera?
-Sólo paré cuando dejé de bailar clásico. Yo bailaba clásico desde los 8, integré el ballet de Iñaki Urlezaga, viajé por todo el país y como siempre tuve un físico muy musculoso y voluminoso, para no engordar vivía al borde de la bulimia y la anorexia. Por otro lado, estaba cansada de tanta exigencia y de que no se me tomara en cuenta por cómo bailaba sino por mi físico. Todo eso hizo que decidiera dejar de bailar por un año.
-Durante ese tiempo, ¿qué hizo?
-Me anoté en la facultad de Psicología y mientras estudiaba trabajaba de mesera. Después me di cuenta que debía volcar mi energía en cosas creativas y me presenté en un casting para Pepito Cibrián y arranqué con la comedia musical. Luego me vio Reina Reech y me puso como vedette con Miguel Angel Cherutti. Al tiempo estuve como primera bailarina con Jorge Corona, después me contrató como vedette Gerardo Sofovich y ahora se me dio encabezar esta comedia musical, que es el género que más me gusta porque puedo bailar, cantar y actuar.
-ShowMatch, ¿fue un hecho bisagra en su carrera?
-Totalmente. Me aportó una popularidad enorme. Fue grandioso estar en ese ciclo. Somos muy pocos los que podemos acceder por derecha a un programa con 40 puntos de rating para mostrar lo que sabemos hacer.

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EL ADA DE LA BELLEZA

martes, 10 de marzo de 2009

Recordando el Bailando con Ada

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